Pastores Haitianos en RD preocupados por mujeres deportadas y expuestas a vulnerabilidad


SANTO DOMINGO.- La Unión Fe de Pastores Haitianos en RD (Uphard), que cuenta con 1,310 iglesias afiliadas, expresó su preocupación por el trato recibido por personas que han nacido y crecido en territorio dominicano, que no conocen Haití como país y que, en muchos casos, solo poseen un acta que los identifica como extranjeros, “a pesar de haber vivido toda su vida en esta nación”.
“Elevamos una voz de preocupación y esperanza por los jóvenes del Grupo B de la Ley 169-14, personas nacidas en territorio dominicano antes del año 2010”, expresó Wendy Osirus, líder de pastores protestantes y presidente del Movimiento por los Derechos, la Paz y la Justicia Global (Mondha).
Indicó que, de enero a noviembre de 2025, la República Dominicana deportó a 242,655 migrantes haitianos hacia Haití, según un informe de la plataforma Grupo de Apoyo a Repatriados y Refugiados (Garr), publicado el martes 16 de diciembre de 2025.
Entre los expulsados, la plataforma Garr identificó a 982 mujeres embarazadas y 2,800 madres lactantes, de las cuales 273 fueron deportadas justo después de someterse a una cesárea.
El informe también menciona 3,434 menores no acompañados y 1,241 personas con discapacidad.
Sin embargo, la mayor preocupación del presidente de Mondha son los casos de deportaciones de mujeres jóvenes. “Nuestra preocupación es aún mayor por las mujeres jóvenes, quienes al ser deportadas quedan expuestas a condiciones extremas de vulnerabilidad”.
De acuerdo con Osirus, la situación de inseguridad en Haití, especialmente en zonas fronterizas, “hace urgente que se evalúe cada caso con sensibilidad humana y responsabilidad institucional”.
Proteger a las mujeres es proteger la vida, la familia y el futuro, comentó el activista de derechos humanos.
“Reconocemos el derecho soberano del Estado dominicano a regular la migración. Sin embargo, también creemos que ese derecho puede ejercerse con humanidad, con una evaluación individual y un enfoque de derechos, especialmente cuando se trata de personas que han nacido y vivido en el país y que hoy son adultas”, señaló.
En opinión del vocero de Mondha, cada militar, cada funcionario y cada autoridad es también hijo, hermano o padre. Ninguno, precisó Osirus, desea que sus madres, hermanas o hijas se desenvuelvan en una vida marcada por el miedo, el desarraigo o el trauma.
“La empatía y la justicia fortalecen a las naciones. La misericordia, la justicia y la prudencia también son formas de gobernar con grandeza”.
Por ello, solicitó respetuosamente al Gobierno dominicano considerar soluciones humanitarias y legales para los jóvenes del Grupo B, priorizar la protección de las mujeres en cualquier proceso migratorio, abrir espacios de diálogo con organizaciones sociales y de derechos humanos, y honrar la tradición dominicana de solidaridad y respeto a la dignidad humana.








